Historia monumental del Gran Templo de Amón en Karnak

Historia monumental del Gran Templo de Amón en Karnak

Programa constructivo de los faraones de la XVIII dinastía


Conferencia del curso 2000-01 de la AEDE


Como podéis observar en el programa del curso, el templo de Karnak ha sido dividido en dos lecciones: la primera, ésta, dedicada a las construcciones de la dinastía XVIII, y la segunda, la semana próxima, en la que Isabel Olbés desmenuzará la influencia ramésida en el Gran templo de Amón.

Una conferencia como ésta no está exenta de dificultades. El complejo de Karnak es conocido por todos, lo que supone un importante reto para no repetir una y otra vez la misma retahíla, pero sin que por ello dejemos de lado las construcciones fundamentales del yacimiento arqueológico. Por otra parte, sintetizar en poco más de setenta minutos la complejidad de las construcciones de la XVIII dinastía en Karnak es una ardua tarea. Así que tras darle muchas vueltas al tema hemos decidido mezclar aspectos esquemáticos para explicar la generalidad con matizaciones en puntos concretos.

Una vez enfocado el tema nos sumergiremos en un pequeño viaje turístico a través de las distintas edificaciones de la dinastía XVIII estudiando su arquitectura, leyendo los textos jeroglíficos de sus paredes e interpretando los relieves y esculturas que vayamos encontrándonos a nuestro paso.


Plano esquemático del templo de Karnak.
Comencemos con la situación geográfica. Los templos de Luxor (el harén del sur) y Karnak (Jpt-swt) constituían la parte religiosa de Uaset, la Thebai griega (Tebas). Esta antigua población egipcia estaba situada en la porción más meridional del IV nomo del alto Egipto, cercana a los desiertos nubios y orientales.

Su periodo de mayor esplendor se alcanzó con los faraones de la dinastía XVIII como podremos apreciar a lo largo de esta disertación.

El complejo arqueológico de Karnak se ubica a unos 600 metros de la orilla occidental del Nilo en una inmensa extensión de terreno de 1,5 x 0,8 Km, que ocupa la parte norte de la antigua ciudad egipcia. Actualmente es un campo de ruinas, con capillas, templos y múltiples construcciones accesorias que, a lo largo de la historia, se edificaron, se derribaron, se volvieron a construir, se restauraron y en muchas ocasiones se usurparon por faraones con extremados aires de grandeza o empobrecidos por las guerras y revueltas.

La estructura del yacimiento arqueológico de Karnak (Ipetsut) es muy compleja. El nombre actual del complejo templario se ha tomado del vecino poblado de el-Karnak.

Didácticamente podemos distinguir en él cuatro recintos independientes, cada uno de los cuales estuvo rodeado de una muralla de adobes que encerraba numerosas construcciones que a lo largo de la historia fueron ocupando los huecos dejados entre los primeros y principales templos.

Es muy probable que las primeras construcciones dataran de época muy temprana, quizá en el reino Antiguo, pero su construcción en ladrillos cocidos ha hecho imposible que llegaran hasta nuestros días. Muchos de los templos visibles en la actualidad están levantados sobre ruinas de otros más antiguos edificados en el reino Medio y en el Nuevo.

Antes de iniciar nuestro viaje por el gran templo de Amón, base de esta conferencia, repasaremos el resto de recintos donde la influencia de la dinastía XVIII se hace muy patente.


Esquema del recinto templario
de Montju.
El cercado más septentrional corresponde al templo de Montju, divinidad representada con cabeza de halcón, patrono del nomo tebano. Dios de la guerra por excelencia, fue identificado con la vitalidad conquistadora del faraón.

Este recinto engloba, además del templo principal dedicado a la divinidad otras construcciones que resumimos a continuación: templo de Harpra, el de la diosa Maat (probablemente de Amenhotep III, pero restaurado por los faraones ramésidas), un templo ptolemaico dedicado a Amón, el lago de época de Amenhotep III y un grupo de pequeñas capillas.

En el lado occidental del recinto se levantaron, durante la dinastía XVIII, dos puertas: una de ellas, en la esquina sudoccidental, carente de inscripciones, y la otra, en el centro del lado occidental del recinto amurallado, levantada en época de Thutmose I y reutilizada por Amenhotep II.

En las cercanías de este recinto septentrional se alzaron el templete del Osiris Padedeankh o Nebdjet, de la dinastía XVIII, que fue reconstruido por Taharqa, y el del Osiris Pameres.  Algo más alejadas, por el oeste, se encuentran las ruinas de un pequeño templo ptolemaico y del templo de Djehuty (Thot) donde se han recuperado algunos bloques fechados en la dinastía XVIII.


Mapa donde se aprecia en la esquina inferior el templo
dedicado a Maat.
Del templo de Montju, Khaemmaat (quien aparece glorioso con la verdad), construido por Amenhotep III, solo quedan en pie las fundaciones de la dinastía XVIII. La entrada al templo era precedida por dos obeliscos, hoy desaparecidos, del mismo rey, que quedaron encerrados por el pórtico etiópico de 20 columnas. Este templo debió de tener una gran riqueza ornamental como nos muestra una inscripción, traducida por Varille, en la que se enumeran las cantidades de metales nobles y piedras preciosas utilizados en su construcción: 31.485 2/3 debenes de electro, 25.182 3/4 de oro, 4.620 2/3 de cobre, 6.406 de lapislázuli, 1.731 de cornalina, 1.075 de turquesa y 14.342 de bronce. (El deben equivale a 91 gramos).

En la sala VI del templo se encontró una estatua de Amón-Ra protegiendo al rey Amenhotep III.

A 60 m. de la puerta, en dirección norte, existió una pequeña capilla con dos estatuas: una de Seti II y otra de Horemheb, el último faraón de la dinastía XVIII. Delante de ellas, y enterradas a más de un metro de profundidad se localizaron dos esculturas de Amenhotep III muy fragmentadas que fueron ensambladas por Robichon.


Triada tebana: Amón, Muy y Khonsu.

Adosado por el lado sur, se encuentra ubicado el templo dedicado a la diosa Maat, la verdad, la justicia, el equilibrio del país del Nilo, cuyos inicios podrían corresponder a Amenhotep III.

En 1.970 se descubrió el templete de Thutmose I, al este del recinto de Montju.

Una vez pasada revista a las ruinas más septentrionales del conjunto arquitectónico de Karnak, daremos unas breves pinceladas de las construcciones más meridionales, el recinto dedicado a Mut, la representante femenina de la tríada tebana (Amón, Mut y Khonsu), a veces representada como una mujer con cabeza de leona.

Dentro de sus muros se encuentran algunos templos: Khonsupejrod restaurado por Nectanebo I, el de Ramsés III, el llamado santuario sur y la estación de la barca de Nectanebo II.

En sus alrededores permanecen las ruinas del templo del Osiris Ptahnebankh, la estación de la barca de Hatshepsut y Thutmose III (Khenet-hen), y frente a ella, al otro lado de la calzada, el templo de Amón Kamutef, el toro de su madre, erigido por Hatshepsut, usurpado por Thutmose III y restaurado por Seti I. En su hall de columnas se hallaron dos estatuas de Sekhmet de época de Amenhotep II, y en sus capillas, una estatua de Amón y otra de Amonet, fechadas en la dinastía XVIII.

Plano del recinto templario de Mut.
La entrada al recinto de Mut se realiza a través de una calzada  a cuyos lados pueden verse esfinges con cabeza de carnero. El templo de la diosa, bordeado por un lago en forma de creciente lunar, fue mandado construir por Amenhotep III, y hoy en día, se encuentra en estado ruinoso. Entre los restos pétreos aparecieron un gran número de estatuas con cuerpo de mujer y cabeza de leona, muchas de ellas dedicadas por Amenhotep III.

A unos 100 metros al este del gran templo de Amón en Karnak, saliendo por la puerta de Nectanebo I puede verse una explanada, es el lugar donde estuvo ubicado el templo dedicado a Atón, el disco solar, por Akhenatón (Amenhotep VI), el faraón hereje, que supuestamente tendría una estructura a cielo abierto semejante a la del templo solar de Tell-el-Amarna. Muchos de sus bloques, llamados talatats, se encontraron, como bloques de relleno, en el interior de algunos pilonos posteriores a dicho monarca.
Friso reconstruido con talatats.

Se han descubierto más de 40.000 fragmentos, que se encuentran dispersos por los museos de todo el mundo, pero solamente algunos de los rescatados en el interior del IX pilono han permitido una reconstrucción parcial, hoy visible en el museo de Luxor, de algunas escenas que muestran las labores de un grupo de trabajadores asociados a los almacenes del templo.

Otros fragmentos, también expuestos en el mismo museo, muestran las escenas típicas del arte amarniense: la familia real y el disco solar (Atón) con sus rayos finalizando en manos, ofreciendo a la Humanidad todos los dones de la vida cotidiana, con el Sol como generador del mundo y su belleza.

En 1926, en el recinto atoniano se descubrió una cabeza de Akhenatón (Amenhotep IV) donde se muestran los rasgos típicos de la controvertida figura del monarca.

Una vez finalizada esta somera exposición de los recintos accesorios del yacimiento de Karnak, iniciaremos el estudio del gran templo de Amón, el oculto. Esta divinidad, en su origen parece que estuvo relacionada con los barqueros. Sería un dios del aire o de la fecundidad que, ya a finales de la dinastía XII, adquiere un papel de cierta importancia para acabar siendo el dios dinástico de la dinastía XVIII, adquiriendo tal preponderancia que llegó a eclipsar a Montju, patrón del nomo tebano.
Amón.

Amón, es fácilmente identificable por su alta corona emplumada: de un mortero se elevan dos plumas con siete divisiones horizontales. Muchas veces es representado como un carnero con los cuernos retorcidos.

Mapa del templo de Amón en Karnak.
Dentro del recinto del gran templo de Amón, además de los templos ubicados en la esquina más occidental, el ptolemaico del Apet y el de Khonsu, llamado Benenet, mandado construir por Ramsés III, al que se accedía por una avenida de esfinges con cabezas de carnero de época de Amenhotep III, hay una multitud de construcciones accesorias: la columnata y el tesoro de Sabacón, las capillas de Amasis y Nitocris, la de Osorkon III, la del Osiris-Unenefer-Nebdyefa, las de los Osiris Nebankh-Paushabadi, Upetished, Heqaset, de Koptos, los templos de Amón-Ra-Horakhety construido por Bakemkhonsu para Ramsés II, el de Ra-Horajety de Taharqa y el de Amón de Shabataka.

Ubicación del templo de Ptah.

La única construcción que tiene un cierto interés para nosotros, por estar relacionada con la dinastía XVIII, es el templo de Ptah, el patrono de los artesanos, que conserva un hall de época de Thutmose III.

Desde este punto en adelante nos dedicaremos de lleno a estudiar las principales construcciones realizadas por los faraones de la dinastía XVIII en el recinto de Amón.

A partir del templo de la dinastía XII, del que únicamente se conserva el patio, se levantaron de forma centrífuga, desde el centro al exterior, una serie de edificios que comienzan con el templete de la primera dinastía del reino Medio a partir del cual irían apareciendo las sucesivas construcciones de los faraones posteriores.

Como hemos comentado, Amón fue el dios dinástico de la dinastía de los Thutmose, por lo que corresponde a sus faraones el privilegio de levantar sobre las ruinas de los edificios precedentes las partes más sagradas del templo. En una primera época, Thutmose I erige los pilonos que conocemos con los números IV y V, creando un recinto templario que engloba las construcciones anteriores en el que Hatshepsut construye un grupo de capillas y habitáculos. Más tarde, fue Thutmose III quien mandó construir el pilono VI y las dependencias que rodean el templo principal. Este mismo faraón, en un segundo periodo constructivo, añade nuevas estancias situadas fuera del santuario.

Partiendo de este núcleo central, y como veremos más tarde, se erigieron el resto de los pilonos tanto del eje este-oeste como del norte-sur.

Pilono I y avenida de esfinges.
Es evidente que, cuando llegamos a Karnak, no comenzamos la visita transportados por un helicóptero al centro del santuario, sino que los autocares o taxis nos dejan en la explanada que antecede al primer pilono.

Ahora comenzaremos el recorrido a las construcciones de comienzos del Reino Nuevo como si de unos turistas se tratase, haciendo escala en los monumentos más emblemáticos del recinto.

Al templo de Karnak, en época faraónica, se llegaba por el Nilo hasta una especie de embarcadero artificial que serviría tanto para la arribada de la comitiva real como para la partida de las embarcaciones que transportaban fluvialmente las estatuas de los dioses en las fiestas del Opet o del Valle.

Avenida de esfinges.
Una vez atravesada la avenida de esfinges, penetramos en el recinto por la puerta del pilono I, fechado en la dinastía XXX. Cruzamos ágilmente el primer patio dejando a la izquierda el Menuakhet, triple capilla de la barca de Seti II y, a la derecha, el templo de Ramsés III, para alcanzar el II pilono comenzado por Horemheb y finalizado por Ramsés I.

Cercano al pilono, en 1.954, durante las excavaciones realizadas en las fundaciones del coloso de Pinedjem, se encontró una estela de arenisca de 2,31 m. de altura, en la que Kamose, último faraón de la dinastía XVII, narra su guerra contra los invasores hicsos.

Estatua de Pinedjem.
El texto de la estela se completa con la tablilla Carnarvon 1, fechada en el tercer año de reinado del monarca. En ella, el faraón, después de alardear de que fue el mismo Ra quien lo colocó como rey en Uaset (Tebas) convoca al consejo de magistrados del país diciendo:

‘¿Desearía saber para qué sirve mi fuerza si tenemos un grande en Hutuaret (Avaris, la capital hicsa) y otro en Kush? Estoy asentado entre un asiático y un nubio… Me enfrentaría a él (refiriéndose al asiático)’.

El consejo sugiere al faraón adoptar una actitud diplomática:

‘Si viniera contra nosotros, lo atacaríamos’. Esto fue desagradable al corazón de su majestad’.

Y navegó por orden de Amón al norte para repeler a los invasores asiáticos (Observad la importancia que empieza a tener la divinidad de nuestro templo, Amón, en estos momentos, base de la magnitud que llegó a alcanzar este recinto templario).

La estela continúa con las peripecias del rey conquistando territorios vasallos del monarca de Avaris, hasta que llegando su ejército a la ciudad, la destruye por completo.

A la vuelta captura a un mensajero del asiático que era enviado al gobernador de Kush en busca de ayuda, y llega triunfante a Uaset:

‘Tebas estuvo en fiesta, dice la estela. Los hombres y las mujeres salieron a verme, todos abrazaban a sus semejantes y nadie lloró’.


El texto finaliza con la orden del faraón al escriba Nesha:

‘Haz que se inscriba todo lo que su majestad ha hecho en una piedra de malaquita que debe ocupar su lugar en Ipetsut (Karnak), en Uaset (Tebas) por siempre y eternamente’.

Columnata del eje central E-O.
Después de atravesar la puerta del II pilono, penetramos en la sala hipóstila. Según Schawaller de Lubicz, en época de Amenhotep III o lo más tarde de Horemheb se levantó, a forma de corredor de entrada al templo, una larga nave de 12 columnas campaniformes como antesala del pilono III, construido por Amenhotep III. Delante de este pilono es posible que se encontraran los obeliscos de Amenhotep II de los que tenemos noticia a través de escarabeos conmemorativos, muy frecuentes en esta época.

El nombre de este pilono es ‘Amón, quien ha recibido la divina barca’. La construcción de esta puerta monumental ha pervivido en una estela de granito negro localizada en la orilla occidental del Nilo, en el recinto donde se ubicó el templo de Amenhotep III.

Escena del transporte de la barca.
En las paredes de su muro posterior, el oriental, en el lado norte se conservan los grabados de las barcas procesionales: la de los remeros y la de Amón con el carnero en su proa. Esta última representación fue modificada. En un primer momento, junto al faraón constructor Amenhotep III se encontraba su hijo, quien posteriormente accedió al trono como Amenhotep IV, Akhenatón, que, más tarde, fue suprimido de la escena.

Este grabado representa una de los dos acontecimientos religiosos más importantes que se desarrollaban en Tebas: la fiesta del Opet y la bella fiesta del Valle. En ellas, las divinidades eran transportadas en dos barcas: la pequeña, guardada en el interior de los templos, era paseaba a través de todo el recinto templario hasta el muelle de carga donde se embarcaba en un navío mayor que no era siempre el mismo, sino que varió a lo largo de toda la historia egipcia, construyéndose, cada vez que se sustituía, por uno de mayores proporciones.

En el caso de la fiesta del Opet, la barca pequeña de Amón se llamaba utjes-neferu (la que ensalza la belleza) y el gran navío procesional era la famosa barca user-hat (la de poderosa proa). Las barcas de las diferentes divinidades son fácilmente identificables por los distintivos que portaban: la de Amón llevaba un carnero, animal simbólico del dios, la de Mut, una mujer tocada con la doble corona y, la de Khonsu, un halcón coronado con el creciente lunar.

Solamente en estos festejos los fieles podían ver a sus divinidades, pues el resto del año, los templos egipcios no eran accesibles a los “remetj”, la gente común.

La fiesta del Opet que se celebraba en el segundo mes de la estación del akhet, comenzó a festejarse, al parecer, con la llegada del reino Nuevo. En ella se verificaba la unión del dios Amón con la madre del faraón. El viaje que realizaban las estatuas por el Nilo llegaba hasta el harén divino, ubicado en el templo de Luxor.

La bella fiesta del Valle, de contenido más funerario, se celebraba la luna nueva del décimo mes (el segundo mes de la estación de shemu). Los dioses de la triada tebana visitaban los templos funerarios de la orilla occidental, llegando hasta Deir el-Bahari.

Los bloques de relleno del III pilono trajeron grandes sorpresas a los arqueólogos. Entre ellos aparecieron los restos de la capilla blanca del festival heb-sed de Senuseret I (Sesostris) reubicada al norte de la sala hipóstila, la capilla de alabastro de la barca de Amenhotep I, llamada Menmenu - actualmente erigida al norte de la anterior -, una capilla de alabastro de Amenhotep II, la capilla de la barca de Thutmose IV, también de alabastro, y la capilla roja de la reina Hatshepsut, el %t-jb-Jmn, de la que hablaremos brevemente más adelante.

Una vez cruzado el pilono III, nos hallamos frente al verdadero edificio templario, cerrado en su lado occidental por el IV pilono mandado construir por Thutmose I. Frente a él se erigieron 4 obeliscos, de los que solamente queda en pie uno. Los obeliscos delanteros fueron alzados en época de Thutmose III y estarían prácticamente adosados a la cara posterior de la puerta del pilono III. El piramidión del obelisco norte, que se ha conservado, muestra al rey, arrodillado, recibiendo el signo de la vida, el ankh, de las manos de Amón.

Las dos agujas posteriores, prácticamente alineadas con las precedentes, fueron dedicadas por Thutmose I como nos narra su arquitecto Ineni en las paredes de su tumba, la número 81:

‘Supervisé la erección de dos grandes obeliscos ante las puertas del templo en granito’ (Urk IV).

Permanece en pie el meridional, pero el derrumbe del situado más al norte tuvo que ser reciente puesto que viajeros que exploraron la región al comienzo del siglo XVIII lo vieron en pie. Es el caso de Pococke quien visitó la zona en el año 1.737.

Estas agujas tienen un importante significado religioso, de contenido solar, relacionado con la piedra benben, a la vez de constituir un elemento propagandístico de gran importancia que ensalza el reinado de un faraón.

El obelisco que permanece alzado, levemente inclinado, se eleva hasta 19,6 m. y pesa alrededor de 43 toneladas. Cada una de las caras del poliedro lleva inscritas tres columnas de texto jeroglífico, de las que solamente las centrales corresponden al reinado de Thutmose I, siendo las laterales de Ramsés IV.

En la inscripción se lee la titulatura completa del rey.

En su cara oeste:

El Horus ‘toro poderoso, amado de Maat’, rey del alto y bajo Egipto Aajeperkara, imagen de Amón. Es como monumento suyo que ha construido para su padre Amón-Ra, jefe de las Dos Tierras para quien se erigieron dos grandes obeliscos a la entrada del templo con el piramidión de electro.

Su cara sur:

El Horus ‘toro poderoso de Ra’, las dos señoras ‘quien tomó posesión de todas las tierras’, el Horus de oro ‘quien golpeó a los nueve arcos’; el rey del alto y bajo Egipto Aajeperkara-merenra (amado de Ra)’, para quien el señor de los dioses ha consagrado una capilla del jubileo sobre el árbol ished, el hijo de Ra, Thutmose, quien aparece como Ra, amado de Amón-Ra, el toro de su madre ¡que se le dé vida eternamente!.

Su cara este:

El Horus ‘toro poderoso, amado de Maat’, rey del alto y bajo Egipto, las dos señoras ‘quien aparece con la cobra real, el de gran fuerza’, Aajeperkara-setepenra (el escogido de Ra), el Horus de oro ‘el de hermosos años que alimenta los corazones’, el hijo de Ra, de su cuerpo, Thutmose, el de bellas coronas. Es como monumento suyo que él ha construido para su padre Amón, señor de los tronos de las Dos Tierras, quien preside Ipetsut (Karnak), a fin de que haga que se le dé vida como a Ra eternamente.

Su cara norte:

El Horus amado de Ra que aparece con la corona blanca, las dos señoras ‘Atum, a quien adoran las dos coronas’, el rey del alto y bajo Egipto, señor de las Dos Tierras Aajeperkara, a quien engendró Ra, el Horus de oro ‘el de gran fuerza, de brazo poderoso, el de prósperos años en la gran mansión de Maat, el hijo de Ra, Thutmose, quien aparece como Ra, el dios que gobierna Iunu (Heliópolis), amado de Amón-Ra, señor de los tronos de las Dos Tierras ¡que se le dé vida como a Ra eternamente!.

Recurriendo de nuevo a Ineni:

‘Se erigió una espléndida sala hipóstila con columnas papiriformes cerca de la que se alzaron pilonos de bella piedra caliza de… También se hicieron levantar majestuosos mástiles a la entrada del templo (para algunos autores en la doble puerta) de cedro auténtico de lo mejor del Líbano’.

Se ha especulado con la posibilidad de que la entrada a través de este pilono, el cuarto, estuviese cerrada por dos puertas: una primera de hoja doble que recibe el nombre de %xm-Sft-Jmn (Amón el de poderoso respeto), que se fecha habitualmente en época de Thutmose IV, y una segunda de hoja sencilla descrita por Ineni en el grabado de su tumba, llamada sxm-fAw-Jmn (Amón el de poderoso resplandor), que siguiendo al arquitecto estaría construida por un gran hoja de cobre de Asia, sobre la que figuraba, modelada en oro, la efigie del dios itifálico Min o Amón-Min.

Una vez atravesada la puerta, penetramos en el wADt, la sala columna descrita por el arquitecto Ineni, en cuyo centro se alzaron los dos obeliscos de la reina Hatshepsut, de los que solamente permanece en pie el meridional. En él se inscribe la titulatura de la reina en las columnas jeroglíficas centrales. En la mitad superior de esta aguja de 28,58 m. de altura y 343 Tm de peso, se han grabado 8 escenas en las que aparece Amón, lo que lo hace fácilmente diferenciable del obelisco de su padre Thutmose I. En su base hay escritas 8 líneas de inscripciones jeroglíficas.

Los obeliscos de Hatshepsut se ubican dentro de una estructura arquitectónica de época de Thutmose III que alcanzaba, en origen, 1/3 de la altura de la aguja, en la que se han grabado escenas de Amón que fueron, en parte, martilleadas en época de Akhenatón: las dos occidentales pertenecientes a Amenhotep II y las orientales mostrando grabados de Thutmose IV. Al pie de estas construcciones, en dirección hacia el espacio de columnas, hay un pedestal que posiblemente sustentase una columna de madera de cedro.

Esquema de los elementos arquitectónicos
construidos entre el IV y V pilono.

La sala de columnas comenzada, como hemos visto, por Thutmose I, continuada por Thutmose III y decorada por Amenhotep II y Thutmose IV, está rodeada por los pilonos IV y V, así como dos muros laterales que la convierten en un recinto rectangular. En gran parte de su perímetro se han incrustado estatuas osiríacas. Este monumental recinto queda dividido por el eje este-oeste en dos departamentos asimétricos: el septentrional con 6 columnas papiriformes de caliza de 31 codos de altura, de las que las dos situadas más al norte se han asignado a Thutmose I, y el meridional con 8 columnas en las que se aprecian, en sus bases, tres hileras

solapadas de hojas.

Figuras osiríacas.
En su esquina nororiental hay una puerta que comunica con una habitación sustentada por dos columnas a través de la que se accede a las dependencias del norte del santuario. De forma semejante, a la derecha del pilono se abre otra puerta que comunica con las dependencias accesorias situadas al sur del santuario.

Ahora, siguiendo nuestro periplo turístico, atravesamos las ruinas del V pilono (Amón, el de gran prestigio) erigido por Thutmose I y restaurado por Seti I, de tamaño muy inferior al precedente, alcanzando el vestíbulo del pilono VI, levantado por Thutmose III, pero decorado en época ramésida.

El vestíbulo está delimitado por dos muros de granito en los que se han grabado dos escenas: la más septentrional muestra al rey con la corona roja del bajo Egipto, como corresponde a su situación cartesiana, siendo conducido por Atum de Heliópolis, mientras que en el dibujo del sur, es presentado por el dios del nomo tebano Montju a Amón, el señor de los tronos de las Dos Tierras. Es curioso hacer notar que ambas escenas están dirigidas hacia el sur del templo y no al eje este-oeste como es lo habitual en la decoración templaria. En el muro del vestíbulo, el faraón, Thutmose III, incluyó dos columnas protodóricas.

Estatua de Amenhotep II.
Este recinto se abre a la antecámara que comunica con dos salas simétricas: una situada al norte y otra al sur. Si dirigimos nuestros pasos hacia la sala más al norte, encontramos en su esquina noroccidental una estatua de Amenhotep II sentado, adscrita por algunos autores, como Tzara y Sved, a Thutmose III.

En el muro que cierra este departamento, en su ángulo noroeste, se puede apreciar un grabado en el que se muestra al rey, en este caso Ramsés III, ofreciendo en su mano la diosa Maat a Amón. Si traemos aquí esta inscripción, es por la presencia de la reina Ahmés-Nefertari, esposa de Ahmose, primer faraón de la dinastía XVIII, presentando un sistro y un crótalo, instrumentos musicales.

A través de una preciosa puerta se accede a las ruinas de las salas peristílicas simétricas de Thutmose I, con columnas poligonales de 16 caras. Saliendo del recinto más meridional, en dirección sudoeste, se llega a un pequeño aposento, en estado ruinoso, en el que se producía el abrazo ceremonial del rey con el dios o el entronamiento del monarca.

Cartuchos con los nombres de los pueblos
conquistados.
Ahora, dedicaremos unos breves momentos al pilono VI, ‘la augusta puerta de Menkheperra, amado de Amón, el poderoso en prestigio’, construido en piedra arenisca por Thutmose III. En su cara oeste, a ambos lados de la puerta de entrada, se encuentran los grabados de los pueblos conquistados por el rey en sus numerosas campañas, representados por hombres barbudos que llevan en su pecho, a modo de escudo, un cartucho con el nombre de la región sometida.

Hay 5 líneas horizontales con 19 ciudades en cada lado: los de la mitad norte corresponden con los pueblos de Siria y Palestina, situados al norte del país de las Dos Tierras, mientras que en la mitad sur, aparecen los enemigos de Nubia y Sudán, tierras situadas al sur de la primera catarata.

Pilares heráldicos.
Una vez atravesada la puerta del pilono VI nos hallamos en un espacio dividido en tres compartimentos por dos muretes de época de Thutmose III que delimitan una cámara central, la sala de los Anales, en origen supuestamente techada con los arquitrabes reposando en los dos pilares heráldicos (llamados así por llevar inscritas las plantas del alto y bajo Egipto, el loto y el papiro, en sus caras norte y sur), y dos patios laterales peristílicos que se comunican con pequeñas capillas que rodean el santuario central.

La presencia de los pilares es intrigante pues no se conoce con certeza su función que pudo ser de orden propagandístico. Fueron levantados en granito. Las caras del bloque rectangular paralelas al pilono, las situadas en el eje este-oeste, muestran cuatro escenas en las que el rey aparece abrazado por varias divinidades: en el norte por Hathor, Mut y Amón, mientras que en el sur, Amonet sustituye a Hathor.

Sobre los muros norte y oeste de la estancia que encierra los controvertidos pilares, se han inscrito los famosos anales de Thutmose III que ocupan una superficie de unos 25 m. de largo por 12 m. de ancho, dividida en varias secciones. Contiene, en total, unas 223 líneas jeroglíficas de una importancia histórica incalculable. En ellos, se relatan las conquistas realizadas por el rey en cerca de una veintena de campañas de victoria, como les gusta llamarlas a los egipcios. En esta estancia se han grabado las campañas desde el año 29 de reinado del faraón hasta el 42.

Como botón de muestra hemos traducido algunos fragmentos de la primera expedición faraónica. Tras la titulatura real se ha grabado el decreto que ordena la perpetuación de los hechos históricos en el templo de Amón en Karnak.

‘Su majestad ordenó hacer que se perpetuasen las victorias que le otorgó su padre Amón en una inscripción en el templo que realizó su majestad para su padre Amón con el fin de hacer que se perpetúen las campañas por su nombre y el botín que trajo su majestad de ellas, así como las tasas de todos los países que le otorgó su padre Ra’.

Es importante observar que las victorias las lleva a cabo el faraón por obra y gracia de Amón, de ahí proviene la deuda perpetua de los reyes de la dinastía XVIII y posteriores con la divinidad.

El texto se fecha en el año 22 de reinado, el día 25 del cuarto mes de la estación de peret’. Comienza haciendo una breve alusión a los príncipes asiáticos que gobernaron el norte del país desde Avaris.

El día 4 del primer mes de la estación de shemu, Thutmose III llega a Gaza, de donde parte, después de un breve descanso, camino de Yhem el sexto día, donde realiza un consejo con su ejército para estudiar la situación y decidir como atacar Megiddo (Meketi). El rey decide, en contra del consejo de sus asesores, llevar su ejército por el desfiladero de Aaruna.

Los consejeros recriminan a su majestad:

‘¿Cómo vamos a ir por ese camino tan angosto? ... ¿No es cierto que un caballo deba de ir tras otro, e igualmente el ejército y los hombres? ¿Nuestra vanguardia estará combatiendo mientras la retaguardia espera aquí en Aaruna sin poder combatir?.’

Y el rey, en un acto que lo ennoblece, da libertad a sus seguidores para tomar cualquier camino:

Permitid que aquel de vosotros que lo desee vaya por el camino que habéis dicho y quien lo desee venga acompañando a mi majestad’.

Después de pasar la noche vigilante, el ejército de su majestad penetra en el desfiladero. Una vez llegados a Qyna habían pasado 7 horas desde la vuelta del Sol.

El día 21, día de la fiesta de la luna nueva se produce la batalla. La desbandada de los enemigos fue de tal calibre que, según nos narra el texto, abandonaron sus caballos y sus carros de oro y plata. Se los arrastró izados por sus vestidos hacia esta ciudad mientras las gentes de la ciudad se encerraban tras ellos. Dejaron caer sus vestimentas al ser alzados a la parte superior de la ciudad.

Se cercó la ciudad con una zanja y una muralla de circunvalación llamada ‘Menkheperra, quien cercó a los asiáticos’. Los grandes, encerrados en la ciudad, vinieron postrados ante su majestad para pedir el aliento de vida. La narración de la campaña finaliza con la lista del botín obtenido.

Parte de los textos jeroglíficos de estos anales se encuentran custodiados en el museo del Louvre (C51).

En la esquina noroeste del recinto, a la izquierda de la entrada al patio norte hay una estatua de Amón-Ra de arenisca roja. Al otro lado de la puerta, en posición simétrica, se levanta Amonet, que porta en su espalda los cartuchos de Horemheb añadidos a los de Tutankhamón.

A ambos lados del vestíbulo de Thutmose III pueden visitarse los restos de dos patios con columnas de fuste fasciculado, que anteceden a un grupo de pequeñas capillas que bordean las construcciones de la reina Hatshepsut, en las que se alternan los cartuchos de Thutmose III y Amenhotep I. En la 5ª capilla del lado norte se encontró un texto del año 17 de la reina Hatshepsut (Urk 376).

En el patio norte se encontró una estela donde se ve al rey, acompañado de Uaset, ofreciendo incienso y agua a Amón, es la llamada estela poética de la que entresacamos este pequeño fragmento:

Ofrecimiento de los dos obeliscos.
“He venido para hacer que pisotees a Djahy. A través de sus países los extiendo bajo tus pies y hago que vean a tu majestad como el señor de los rayos porque brillas en sus caras como mi imagen”.

En el pasadizo que rodea el santuario de granito de Philip Arrhidaeus, en el lado norte, bloqueado por un muro en su tercio anterior, se localiza el comienzo de los anales de Thutmose III ya descritos y un precioso grabado en el que el monarca ofrece dos obeliscos y una amplia lista de tesoros a Amón.

Próximo al murete de separación, hacia el este, encontramos la puerta ‘Menkheperra wr-bAw-Jmn’ (Grande es el poder de Amón), única de las que se mantienen en pie de las nombradas en el texto de juventud del rey. Ésta comunica con el recinto norte de la zona construida por la reina Hatshepsut. A la izquierda según entramos hay tres pequeñas capillas. Enfrente de ellas dos cámaras de mayor tamaño: la situada más al norte pertenece a Thutmose III, mientras que la meridional muestra relieves de la reina Hatshepsut. En ella encontramos dos grabados de interés para los egiptólogos: el primero, un bajorrelieve en el que vemos a la reina, martilleada, portando la corona roja del bajo Egipto realizando la carrera ritual (llama la atención que no se encuentra destruido el nombre de Amón en este recinto) y, el segundo, el bajorrelieve de la purificación de la reina. En él, Horus y Djehuty (Thot) lanzan el signo de la vida formando un arco que rodea la figura de la reina cincelada.

Saliendo de este edificio, en época de la dinastía XVIII, se ubicaba, según las investigaciones más modernas, y debido a su tamaño, una capilla de cuarcita roja de la reina Hatshepsut, ahora reconstruida en el museo al aire libre de Karnak. Sus bloques, como vimos anteriormente, se encontraron por Legrain en una esquina del relleno del pilono III y en un edificio construido por Ramsés III. Un estudio exhaustivo de este monumento excede el fin de esta conferencia y nos llevaría demasiado tiempo. Consiste de dos largas habitaciones con una cornisa en la que se han utilizado varios tipos de piedra.

Este santuario debió de ser reemplazado por la capilla de la barca de Thutmose III sobre la que Philip Arrhidaeus edificó su monumento, que puede ser admirado hoy en día.

En la esquina suroriental del pasadizo se abre una puerta que comunica con las dependencias meridionales de Hatshepsut en las que permanece en pie una estatua doble de Amenhotep II y otra, también doble, de Thutmose III y Amón. En esta zona del templo hay algunos textos de cierta importancia que no estudiaremos en detalle, como el de las almas de Nekhen y el de los tesoros de Amón.

Ahora comenzaremos la visita al akh-menu construido por Thutmose III en el antiguo emplazamiento del santuario de Nun edificado en ladrillo.

Accederemos al recinto a través del pasillo que bordea por el sur el recinto de Hatshepsut, en cuyas paredes encontraremos un registro autobiográfico que ha recibido el nombre de texto de juventud de Thutmose III, constituido por 49 columnas de escritura jeroglífica. El texto destruido en sus inicios comienza


‘Soy su hijo, quien ordenó que estuviera sobre su trono, mientras aún se encontraba en el nido… Era como el pilar de su madre, como un joven Horus en Khemmis’.

Continúa con un texto místico en el que se le abren al joven las puertas del cielo y los portales del horizonte de Ra, sentándose en el consejo de magistrados de los dioses. Luego se establece su titulatura con los cinco nombres reales y se reconoce su autoridad.

Sigue el texto con un documento que nos habla de la construcción de este monumento, el templo de Karnak, con la edificación de nuevas capillas, un santuario, tres puertas, de las que hemos hablado anteriormente, el pilono VI y varias estatuas, finalizando con varias listas de ofrendas.

Más al oeste, en este mismo corredor, se ha inscrito el famoso calendario de fiestas de Thutmose III, en el que se describen 54 acontecimientos festivos. Delante de estos grabados se ubican las capillas meridionales.
Columnas del hall del festival.
Se penetra en el recinto templario por una escalera con dos estatuas osiríacas precedidas por columnas protodóricas de 16 lados. A la izquierda se abre la sala principal, el hall del festival, con un techo a doble altura soportado por 20 columnas que engruesan de abajo hacia arriba y tienen en su parte superior 5 bandas azules y amarillas que soportan un capitel con un adorno floral, y 22 pilares cuadrados. En los tres lados que no contactan con el patio del Reino medio se abren distintas puertas que dan acceso a cámaras y departamentos con diferentes funciones. En la esquina suroeste se ubica la cámara de los antepasados cuyos grabados fueron transportados a París, y se custodian, actualmente, en el Museo del Louvre (E 13.481).

Estatua dañada de
Thutmose III.
Al norte se ubican tres pequeños santuarios de los que el más occidental guarda una escultura muy dañada de Thutmose III entre Amón y Mut. Lateralmente a las capillas, una escalera permite el acceso a la llamada cámara de las clepsidras o relojes de aguas.

Próximo a las escaleras, hacia el sur hay una entrada que nos lleva a una pequeña cámara sostenida por dos columnas que se abre en dos capillas ubicadas al norte.


Jardín botánico.
Ahora visitaremos un grupo de grabados de un interés muy especial, el llamado jardín botánico, al que se accede a través de una puerta situada en el centro del lado oriental del hall del festival atravesando tres cámaras alineadas según el eje axial del templo. En la última de ellas, el santuario axial, en el muro izquierdo, se abre una ventana de 0,85 m. que nos conduce a una cámara de 14,75 m de largo por 7,5 m. de ancho sustentada por cuatro columnas fasciculadas y papiriformes, es el jardín botánicoEn sus paredes se hallan representadas una gran variedad de 
especie animales y plantas, algunas de ellas ligeramente deformadas. Entre las plantas identificadas se encuentra el género Dracunculus (dragoncillo), Calenchoe, Arum (espatas), Dipsacus (cardencha), Punica granatum (granado), Vitis vinéfera (vid)...

Jardín botánico.

Entre las aves, que son los animales más representados, se han podido determinar la grulla de color ceniza, el águila fragata, varias especies de avefría, el Plotus levaillantii, Colomba livia, Perdix graeca, Centropus aeguptus, Herodias alba, etc...

Partiendo del centro de la cámara con columnas del jardín botánico se accede a un habitáculo con 8 nichos laterales que finaliza en una pequeña capillita.

De la antesala del santuario axial, a la derecha, se abre una puerta que llega al recinto de Alejandro, constituido por una cámara y un vestíbulo, en el que los relieves de Thutmose III han sido reemplazados por los de Alejandro.


Por una puerta situada en el cuarto meridional del gran hall, se accede a otra cámara sustentada por 8 columnas poligonales que se estrechan según se asciende al capitel. Este recinto rectangular de 13,6 m. de largo por 9,38 m. de ancho da acceso, a su vez, a tres capillas con dos pilares y a tres salas laterales. Todas ellas constituyen el complejo de Sokar, divinidad del área de la necrópolis menfita, y por lo tanto, guardián del mundo subterráneo.

Ahora, visitaremos con ligereza, las nueve capillas situadas al sur, de las que las dos últimas están sostenidas por dos pilares cuadrados. En ellas podemos apreciar algunos grabados significativos: en la 5ª capilla se observa al rey en la fiesta del jubileo. Escenas del mismo tipo aparecen en las paredes septentrionales del pasillo que conduce a esta serie de compartimentos.

Finalizaremos la visita del templo de Thutmose III paseando por las dependencias del lado norte. Visitaremos alguna de sus cámaras desde el este al oeste. En la catalogada como XLI por Porter & Moss se ve el relieve de la pesca. Más adelante, en la XLIB aparece la fiesta del hipopótamo blanco, en contraposición con el rojo, animal de Seth. Y en la cámara XLII se han esculpido los grabados de la fundación (‘Mi majestad ordena que se prepare la ceremonia de fundación en la cercanía del día de la luna nueva’).

Para acabar la descripción de los monumentos del eje este-oeste, nos acercamos al templo oriental de Thutmose III, adosado a la parte posterior del akh-menu, dedicado a Amón-Ra y enmarcado por las bases de dos obeliscos de Hatshepsut que han quedado encerradas dentro de las capillas de Nakhtnebef. Su entrada está flanqueada por pilares con la forma de Osiris unidos por intercolumnios.
Conjunto escultórico de Thutmose III.


Obelisco de San
Juan de Letrán.
Una vez en su interior, accedemos a la “naos” en donde aparece un grupo monolítico de alabastro con Thutmose III y un acompañante seriamente dañado. Enfrente de este monumento se ubicaba el obelisco de Thutmose III  que hoy en día se encuentra en Roma, en la plaza de San Juan de Letrán, donde fue transportado por Constantino en el año 357 d.C., quien lo instaló en el Circus Maximus, desde donde se trasladó a su lugar actual por el Papa Sixto V. Su peculiaridad es que no tenía pareja.


Escarabajo sagrado.
Trasladados mágicamente a la esquina noroeste del lago sagrado, que para algunos autores sería el lugar de purificación de los sacerdotes, cosa bastante improbable por su alto grado de contaminación, comenzaremos la visita al eje norte-sur. En este sitio, tan frecuentado por los turistas, se ha esculpido, al sur del templo de Taharqa, sobre un pedestal de granito que lleva inscrita una estela en la que el rey, Amenhotep III, ofrece vasos rituales a Atum, un gigantesco escarabajo sagrado, síntesis del mito heliopolitano.

Entre el pilono III y el IV se encuentra la entrada al patio que antecede al pilono VII. Esta explanada es famosa por haberse descubierto en ella la famosa ‘cachette’, el escondrijo, donde se enterraron 751 estatuas y varios miles de bronces votivos. Otros restos de importancia arqueológica localizados durante los trabajos de limpieza fueron: restos de cuatro pilares de una sala peristílica de Senuseret I y ruinas de varias capillas de Amenhotep I.
Estatuas delante del pilono VII.

Delante del pilono VII, edificado por Thutmose III, se alzan dos grupos escultóricos: al este dos colosos de Thutmose III, usurpados por Ramsés IV, y al oeste, otros dos colosos de Thutmose III y tres estatuas reales, dos sentadas representando a faraones de la dinastía XIII y la de Amenhotep II, en actitud erecta.


Obelisco de Estambul.
El pilono VII, en su cara norte, nos muestra al rey golpeando a los enemigos asiáticos, junto a 359 cartuchos con los nombres de las ciudades conquistadas. En su cara sur, el monarca aparece también golpeando enemigos. Al frente de estos grabados quedan dos pedestales sobre los que reposaban dos colosos de granito rojo de Thutmose III con guerreros nubios (al este) y asiáticos (al oeste). Justamente, delante de ellos, permanecen en pie las bases de dos obeliscos, de los que el occidental fue llevado a Estambul por el emperador Teodosio.

Una vez en el segundo patio, en la esquina noreste, se construyó el santuario de alabastro de Thutmose III, una estación para la barca ritual, que, en origen, fue un quiosco edificado para el primer jubileo.

El pilono VIII fue construido por Hatshepsut, aunque algunos autores quieren ver la mano de Thutmose II y Thutmose III. En el ala norte, mitad oriental, hay un texto jeroglífico, de 21 líneas, en el que Thutmose I presenta a la triada tebana; en la mitad occidental las representaciones corresponden a Thutmose III. Una vez atravesada la puerta de esta construcción, frente a la fachada sur, en la que se han grabado las actuaciones guerreras de Amenhotep II, en el lado oeste, se han erigido varios colosos: dos de caliza y uno de cuarcita, que se corresponden con Thutmose II, Amenhotep I, con los pechos muy salientes, y Thutmose III (desde la puerta al exterior). Es posible que en el lado opuesto existiese una disposición similar, pero solamente nos ha llegado una escultura, en piedra caliza, de Thutmose II.

Ahora llegamos al pilono IX, 66 m. de longitud por 11,5 m. de anchura, mandado construir por Horemheb, de quien son los grabados de sus caras, aunque es posible que fuese levantado sobre una construcción de Amenhotep III. Su curiosidad principal estriba en que esta enfilado con la avenida de esfinges que conduce al templo de Mut.

En el patio entre los dos últimos pilonos del templo, en el lado oriental, Amenhotep II construyó su templo del festival sed, que fue demolido en época del faraón hereje y restaurado por Seti I. Se penetra en él por un pronaos alargado, sostenido por dos grupos de 6 pilares cuadrados, que nos introduce al santuario, una habitación cuadrada cuyo techo fue soportado por una veintena de pilares decorados con escenas del rey. A ambos lados de la naos, se edificaron dos pequeños santuarios, cuya cámara principal estaba sostenida por 4 pilares.


Pilono X.
Concluyendo nuestro periplo por el gran templo de Amón en Karnak, llegamos al pilono X, la edificación más meridional, también construido por Horemheb con bloques reusados del templo de Akhenatón, del que se conserva una magnífica puerta de granito, de más de 15 m. de altura, en la que hay varias representaciones del rey ofreciendo distintos presentes a diferentes divinidades, flanqueada por dos estatuas colosales de Horemheb usurpadas por Ramsés II, cuyo pedestal ha sido decorado con los enemigos del faraón.

Sobre su fachada norte aparece la clásica escena de la masacre ritual. Delante de su lado oeste se descubrió una estela que lleva un texto legal, el decreto de Horemheb, que presentaba la esquina superior izquierda destruida, lo que complica mucho su comprensión. Como botón de muestra leeremos el comienzo del artículo 2º:


‘Si un particular carece de embarcación, entonces se procurará un barco de otro para servirse, pero se colocará en condiciones de traer para él la madera, y cumplirá sus obligaciones.


Atravesando la puerta de salida del templo por el lado sur, encontramos vigilantes los restos de dos esculturas de Amenhotep III que dan por finalizado nuestro viaje.

Espero que, aunque haya sido de forma somera y rápida, hayáis obtenido una visión global de los principales monumentos construidos por la dinastía XVIII en la orilla oriental del Nilo.

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