Historia monumental del Gran Templo de Amón en Karnak
Programa constructivo de los faraones de la XVIII dinastía
Conferencia del curso 2000-01 de la AEDE
Como podéis observar en el programa del curso,
el templo de Karnak ha sido dividido en dos lecciones: la primera, ésta,
dedicada a las construcciones de la dinastía XVIII, y la segunda, la semana
próxima, en la que Isabel Olbés desmenuzará la influencia ramésida en el Gran
templo de Amón.
Una conferencia como ésta no está exenta de dificultades. El complejo de Karnak es conocido por todos, lo que supone un importante reto para no repetir una y otra vez la misma retahíla, pero sin que por ello dejemos de lado las construcciones fundamentales del yacimiento arqueológico. Por otra parte, sintetizar en poco más de setenta minutos la complejidad de las construcciones de la XVIII dinastía en Karnak es una ardua tarea. Así que tras darle muchas vueltas al tema hemos decidido mezclar aspectos esquemáticos para explicar la generalidad con matizaciones en puntos concretos.
Una vez enfocado el tema nos sumergiremos en un pequeño viaje turístico a través de las distintas edificaciones de la dinastía XVIII estudiando su arquitectura, leyendo los textos jeroglíficos de sus paredes e interpretando los relieves y esculturas que vayamos encontrándonos a nuestro paso.
Comencemos con la situación geográfica. Los
templos de Luxor (el harén del sur) y Karnak (Jpt-swt) constituían la parte
religiosa de Uaset, la Thebai griega (Tebas). Esta antigua población egipcia
estaba situada en la porción más meridional del IV nomo del alto Egipto,
cercana a los desiertos nubios y orientales.
Su periodo de mayor esplendor se alcanzó con los faraones de la dinastía XVIII como podremos apreciar a lo largo de esta disertación.
El complejo arqueológico de Karnak se ubica a unos 600 metros de la orilla occidental del Nilo en una inmensa extensión de terreno de 1,5 x 0,8 Km, que ocupa la parte norte de la antigua ciudad egipcia. Actualmente es un campo de ruinas, con capillas, templos y múltiples construcciones accesorias que, a lo largo de la historia, se edificaron, se derribaron, se volvieron a construir, se restauraron y en muchas ocasiones se usurparon por faraones con extremados aires de grandeza o empobrecidos por las guerras y revueltas.
La estructura del yacimiento arqueológico de Karnak (Ipetsut) es muy compleja. El nombre actual del complejo templario se ha tomado del vecino poblado de el-Karnak.
Didácticamente podemos distinguir en él cuatro recintos independientes, cada uno de los cuales estuvo rodeado de una muralla de adobes que encerraba numerosas construcciones que a lo largo de la historia fueron ocupando los huecos dejados entre los primeros y principales templos.
Es muy probable que las primeras construcciones dataran de época muy temprana, quizá en el reino Antiguo, pero su construcción en ladrillos cocidos ha hecho imposible que llegaran hasta nuestros días. Muchos de los templos visibles en la actualidad están levantados sobre ruinas de otros más antiguos edificados en el reino Medio y en el Nuevo.
Antes de iniciar nuestro viaje por el gran templo de Amón, base de esta conferencia, repasaremos el resto de recintos donde la influencia de la dinastía XVIII se hace muy patente.
El cercado más septentrional corresponde al
templo de Montju, divinidad representada con cabeza de halcón, patrono del nomo
tebano. Dios de la guerra por excelencia, fue identificado con la vitalidad
conquistadora del faraón.
Este recinto engloba, además del templo principal dedicado a la divinidad otras construcciones que resumimos a continuación: templo de Harpra, el de la diosa Maat (probablemente de Amenhotep III, pero restaurado por los faraones ramésidas), un templo ptolemaico dedicado a Amón, el lago de época de Amenhotep III y un grupo de pequeñas capillas.
En el lado occidental del recinto se levantaron, durante la dinastía XVIII, dos puertas: una de ellas, en la esquina sudoccidental, carente de inscripciones, y la otra, en el centro del lado occidental del recinto amurallado, levantada en época de Thutmose I y reutilizada por Amenhotep II.
En las cercanías de este recinto septentrional se alzaron el templete del Osiris Padedeankh o Nebdjet, de la dinastía XVIII, que fue reconstruido por Taharqa, y el del Osiris Pameres. Algo más alejadas, por el oeste, se encuentran las ruinas de un pequeño templo ptolemaico y del templo de Djehuty (Thot) donde se han recuperado algunos bloques fechados en la dinastía XVIII.
Del templo de Montju, Khaemmaat (quien aparece glorioso
con la verdad), construido por Amenhotep III, solo quedan en pie las fundaciones de la dinastía
XVIII. La entrada al templo era precedida por dos obeliscos, hoy desaparecidos,
del mismo rey, que quedaron encerrados por el pórtico etiópico de 20 columnas.
Este templo debió de tener una gran riqueza ornamental como nos muestra una
inscripción, traducida por Varille, en la que se enumeran las cantidades de
metales nobles y piedras preciosas utilizados en su construcción: 31.485 2/3
debenes de electro, 25.182 3/4 de oro, 4.620 2/3 de cobre, 6.406 de lapislázuli,
1.731 de cornalina, 1.075 de turquesa y 14.342 de bronce. (El deben equivale a
91 gramos).
En la sala VI del templo se encontró una estatua de Amón-Ra protegiendo al rey Amenhotep III.
A 60 m. de la puerta, en dirección norte, existió una pequeña capilla con dos estatuas: una de Seti II y otra de Horemheb, el último faraón de la dinastía XVIII. Delante de ellas, y enterradas a más de un metro de profundidad se localizaron dos esculturas de Amenhotep III muy fragmentadas que fueron ensambladas por Robichon.
Adosado por el lado sur, se encuentra ubicado el templo dedicado a la diosa Maat, la verdad, la justicia, el equilibrio del país del Nilo, cuyos inicios podrían corresponder a Amenhotep III.
En 1.970 se descubrió el templete de Thutmose I, al este del recinto de Montju.
Una conferencia como ésta no está exenta de dificultades. El complejo de Karnak es conocido por todos, lo que supone un importante reto para no repetir una y otra vez la misma retahíla, pero sin que por ello dejemos de lado las construcciones fundamentales del yacimiento arqueológico. Por otra parte, sintetizar en poco más de setenta minutos la complejidad de las construcciones de la XVIII dinastía en Karnak es una ardua tarea. Así que tras darle muchas vueltas al tema hemos decidido mezclar aspectos esquemáticos para explicar la generalidad con matizaciones en puntos concretos.
Una vez enfocado el tema nos sumergiremos en un pequeño viaje turístico a través de las distintas edificaciones de la dinastía XVIII estudiando su arquitectura, leyendo los textos jeroglíficos de sus paredes e interpretando los relieves y esculturas que vayamos encontrándonos a nuestro paso.
Plano esquemático del templo de Karnak. |
Su periodo de mayor esplendor se alcanzó con los faraones de la dinastía XVIII como podremos apreciar a lo largo de esta disertación.
El complejo arqueológico de Karnak se ubica a unos 600 metros de la orilla occidental del Nilo en una inmensa extensión de terreno de 1,5 x 0,8 Km, que ocupa la parte norte de la antigua ciudad egipcia. Actualmente es un campo de ruinas, con capillas, templos y múltiples construcciones accesorias que, a lo largo de la historia, se edificaron, se derribaron, se volvieron a construir, se restauraron y en muchas ocasiones se usurparon por faraones con extremados aires de grandeza o empobrecidos por las guerras y revueltas.
La estructura del yacimiento arqueológico de Karnak (Ipetsut) es muy compleja. El nombre actual del complejo templario se ha tomado del vecino poblado de el-Karnak.
Didácticamente podemos distinguir en él cuatro recintos independientes, cada uno de los cuales estuvo rodeado de una muralla de adobes que encerraba numerosas construcciones que a lo largo de la historia fueron ocupando los huecos dejados entre los primeros y principales templos.
Es muy probable que las primeras construcciones dataran de época muy temprana, quizá en el reino Antiguo, pero su construcción en ladrillos cocidos ha hecho imposible que llegaran hasta nuestros días. Muchos de los templos visibles en la actualidad están levantados sobre ruinas de otros más antiguos edificados en el reino Medio y en el Nuevo.
Antes de iniciar nuestro viaje por el gran templo de Amón, base de esta conferencia, repasaremos el resto de recintos donde la influencia de la dinastía XVIII se hace muy patente.
Esquema del recinto templario de Montju. |
Este recinto engloba, además del templo principal dedicado a la divinidad otras construcciones que resumimos a continuación: templo de Harpra, el de la diosa Maat (probablemente de Amenhotep III, pero restaurado por los faraones ramésidas), un templo ptolemaico dedicado a Amón, el lago de época de Amenhotep III y un grupo de pequeñas capillas.
En el lado occidental del recinto se levantaron, durante la dinastía XVIII, dos puertas: una de ellas, en la esquina sudoccidental, carente de inscripciones, y la otra, en el centro del lado occidental del recinto amurallado, levantada en época de Thutmose I y reutilizada por Amenhotep II.
En las cercanías de este recinto septentrional se alzaron el templete del Osiris Padedeankh o Nebdjet, de la dinastía XVIII, que fue reconstruido por Taharqa, y el del Osiris Pameres. Algo más alejadas, por el oeste, se encuentran las ruinas de un pequeño templo ptolemaico y del templo de Djehuty (Thot) donde se han recuperado algunos bloques fechados en la dinastía XVIII.
Mapa donde se aprecia en la esquina inferior el templo dedicado a Maat. |
En la sala VI del templo se encontró una estatua de Amón-Ra protegiendo al rey Amenhotep III.
A 60 m. de la puerta, en dirección norte, existió una pequeña capilla con dos estatuas: una de Seti II y otra de Horemheb, el último faraón de la dinastía XVIII. Delante de ellas, y enterradas a más de un metro de profundidad se localizaron dos esculturas de Amenhotep III muy fragmentadas que fueron ensambladas por Robichon.
Triada tebana: Amón, Muy y Khonsu. |
Adosado por el lado sur, se encuentra ubicado el templo dedicado a la diosa Maat, la verdad, la justicia, el equilibrio del país del Nilo, cuyos inicios podrían corresponder a Amenhotep III.
En 1.970 se descubrió el templete de Thutmose I, al este del recinto de Montju.
Una vez pasada revista a las ruinas más septentrionales
del conjunto arquitectónico de Karnak, daremos unas breves pinceladas de las
construcciones más meridionales, el recinto dedicado a Mut, la representante
femenina de la tríada tebana (Amón, Mut y Khonsu), a veces representada como
una mujer con cabeza de leona.
Dentro de sus muros se encuentran algunos
templos: Khonsupejrod restaurado por Nectanebo I, el de Ramsés III, el llamado santuario sur y la estación de
la barca de Nectanebo II.
En sus alrededores permanecen las ruinas del
templo del Osiris Ptahnebankh, la estación de la barca de Hatshepsut y Thutmose III (Khenet-hen),
y frente a ella, al otro lado de la calzada, el templo de Amón Kamutef, el toro
de su madre, erigido por Hatshepsut,
usurpado por Thutmose
III y restaurado por Seti I. En su hall de columnas se hallaron dos estatuas de Sekhmet
de época de Amenhotep II,
y en sus capillas, una estatua de Amón y otra de Amonet, fechadas en la
dinastía XVIII.
Plano del recinto templario de Mut. |
La entrada al recinto de Mut se realiza a través
de una calzada a cuyos lados pueden
verse esfinges con cabeza de carnero. El templo de la diosa, bordeado por un
lago en forma de creciente lunar, fue mandado construir por Amenhotep III, y hoy en
día, se encuentra en estado ruinoso. Entre los restos pétreos aparecieron un
gran número de estatuas con cuerpo de mujer y cabeza de
leona, muchas de ellas dedicadas por Amenhotep III.
A unos 100 metros al este del gran templo de
Amón en Karnak, saliendo por la puerta de Nectanebo I puede verse una explanada, es el lugar
donde estuvo ubicado el templo dedicado a Atón, el disco solar, por Akhenatón (Amenhotep VI), el
faraón hereje, que supuestamente tendría una estructura a cielo abierto
semejante a la del templo solar de Tell-el-Amarna. Muchos de sus bloques,
llamados talatats, se encontraron,
como bloques de relleno, en el interior de algunos pilonos posteriores a dicho
monarca.
Friso reconstruido con talatats. |
Se han descubierto más de 40.000 fragmentos, que
se encuentran dispersos por los museos de todo el mundo, pero solamente algunos
de los rescatados en el interior del IX pilono han permitido una reconstrucción
parcial, hoy visible en el museo de Luxor, de algunas escenas que muestran las
labores de un grupo de trabajadores asociados a los almacenes del templo.
Otros fragmentos, también expuestos en el mismo
museo, muestran las escenas típicas del arte amarniense: la familia real y el
disco solar (Atón) con sus rayos finalizando en manos, ofreciendo a la
Humanidad todos los dones de la vida cotidiana, con el Sol como generador del
mundo y su belleza.
En 1926, en el recinto atoniano se descubrió una
cabeza de Akhenatón
(Amenhotep IV)
donde se muestran los rasgos típicos de la controvertida figura del monarca.
Una vez finalizada esta somera exposición de los
recintos accesorios del yacimiento de Karnak, iniciaremos el estudio del gran
templo de Amón, el oculto. Esta divinidad, en su origen parece que estuvo
relacionada con los barqueros. Sería un dios del aire o de la fecundidad que,
ya a finales de la dinastía XII, adquiere un papel de cierta importancia para
acabar siendo el dios dinástico de la dinastía XVIII, adquiriendo tal preponderancia
que llegó a eclipsar a Montju, patrón del nomo tebano.
Amón. |
Amón, es fácilmente identificable por su alta
corona emplumada: de un mortero se elevan dos plumas con siete divisiones
horizontales. Muchas veces es representado como un carnero con los cuernos retorcidos.
Mapa del templo de Amón en Karnak. |
Dentro del recinto del gran templo de Amón,
además de los templos ubicados en la esquina más occidental, el ptolemaico del
Apet y el de Khonsu, llamado Benenet, mandado construir por Ramsés III, al que se
accedía por una avenida de esfinges con cabezas de carnero de época de Amenhotep III, hay una
multitud de construcciones accesorias: la columnata y el tesoro de Sabacón, las capillas
de Amasis y Nitocris, la de Osorkon III, la del
Osiris-Unenefer-Nebdyefa, las de los Osiris Nebankh-Paushabadi, Upetished,
Heqaset, de Koptos, los templos de Amón-Ra-Horakhety construido por Bakemkhonsu
para Ramsés II,
el de Ra-Horajety de Taharqa
y el de Amón de Shabataka.
La única construcción que tiene un cierto interés
para nosotros, por estar relacionada con la dinastía XVIII, es el templo de
Ptah, el patrono de los artesanos, que conserva un hall de época de Thutmose III.
Desde este punto en adelante nos dedicaremos de
lleno a estudiar las principales construcciones realizadas por los faraones de
la dinastía XVIII en el recinto de Amón.
A partir del templo de la dinastía XII, del que
únicamente se conserva el patio, se levantaron de forma centrífuga, desde el
centro al exterior, una serie de edificios que comienzan con el templete de la
primera dinastía del reino Medio a partir del cual irían apareciendo las sucesivas
construcciones de los faraones posteriores.
Como hemos comentado, Amón fue el dios dinástico
de la dinastía de los Thutmose, por lo que corresponde a sus faraones el
privilegio de levantar sobre las ruinas de los edificios precedentes las partes
más sagradas del templo. En una primera época, Thutmose I erige los pilonos que conocemos con los
números IV y V, creando un recinto templario que engloba las construcciones
anteriores en el que Hatshepsut
construye un grupo de capillas y habitáculos. Más tarde, fue Thutmose III quien
mandó construir el pilono VI y las dependencias que rodean el templo principal.
Este mismo faraón, en un segundo periodo constructivo, añade nuevas estancias
situadas fuera del santuario.
Partiendo de este núcleo central, y como veremos
más tarde, se erigieron el resto de los pilonos tanto del eje este-oeste como
del norte-sur.
Pilono I y avenida de esfinges. |
Es evidente que, cuando llegamos a Karnak, no
comenzamos la visita transportados por un helicóptero al centro del santuario,
sino que los autocares o taxis nos dejan en la explanada que antecede al primer
pilono.
Ahora comenzaremos el recorrido a las construcciones de comienzos del
Reino Nuevo como si de unos turistas se tratase, haciendo escala en los
monumentos más emblemáticos del recinto.
Al templo de Karnak, en época faraónica, se
llegaba por el Nilo hasta una especie de embarcadero artificial que serviría
tanto para la arribada de la comitiva real como para la partida de las
embarcaciones que transportaban fluvialmente las estatuas de los dioses en las
fiestas del Opet o del Valle.
Avenida de esfinges. |
Una vez atravesada la avenida de esfinges,
penetramos en el recinto por la puerta del pilono I, fechado en la dinastía
XXX. Cruzamos ágilmente el primer patio dejando a la izquierda el Menuakhet,
triple capilla de la barca de Seti II y, a la derecha, el templo de Ramsés III, para alcanzar el II pilono
comenzado por Horemheb
y finalizado por Ramsés
I.
Cercano al pilono, en 1.954, durante las excavaciones
realizadas en las fundaciones del coloso de Pinedjem, se encontró una estela de arenisca de 2,31
m. de altura, en la que Kamose,
último faraón de la dinastía XVII, narra su guerra contra los invasores hicsos.
Estatua de Pinedjem. |
El texto de la estela se completa con la
tablilla Carnarvon 1, fechada en el tercer año de reinado del monarca. En ella,
el faraón, después de alardear de que fue el mismo Ra quien lo colocó como rey
en Uaset (Tebas) convoca al consejo de magistrados del país diciendo:
‘¿Desearía saber para qué
sirve mi fuerza si tenemos un grande en Hutuaret (Avaris, la capital hicsa) y otro en Kush? Estoy asentado entre un
asiático y un nubio… Me enfrentaría a él (refiriéndose
al asiático)’.
El consejo sugiere al faraón adoptar una actitud
diplomática:
‘Si viniera contra
nosotros, lo atacaríamos’. Esto fue desagradable al corazón de su majestad’.
Y navegó por orden de Amón al norte para repeler
a los invasores asiáticos (Observad la importancia que empieza a tener la
divinidad de nuestro templo, Amón, en estos momentos, base de la magnitud que
llegó a alcanzar este recinto templario).
La estela continúa con las peripecias del rey
conquistando territorios vasallos del monarca de Avaris, hasta que llegando su
ejército a la ciudad, la destruye por completo.
A la vuelta captura a un mensajero del asiático
que era enviado al gobernador de Kush en busca de ayuda, y llega triunfante a
Uaset:
‘Tebas estuvo en fiesta, dice la estela. Los hombres y las mujeres salieron a verme, todos abrazaban
a sus semejantes y nadie lloró’.
El texto finaliza con la orden del faraón al
escriba Nesha:
‘Haz que se inscriba todo
lo que su majestad ha hecho en una piedra de malaquita que debe ocupar su lugar
en Ipetsut (Karnak), en Uaset (Tebas) por siempre y eternamente’.
Columnata del eje central E-O. |
Después de atravesar la puerta del II pilono,
penetramos en la sala hipóstila. Según Schawaller de Lubicz, en época de Amenhotep III o lo más
tarde de Horemheb
se levantó, a forma de corredor de entrada al templo, una larga nave de 12
columnas campaniformes como antesala del pilono III, construido por Amenhotep III. Delante
de este pilono es posible que se encontraran los obeliscos de Amenhotep II de los que
tenemos noticia a través de escarabeos conmemorativos, muy frecuentes en esta
época.
El nombre de este pilono es ‘Amón, quien ha
recibido la divina barca’. La construcción de esta puerta monumental ha
pervivido en una estela de granito negro localizada en la orilla occidental del
Nilo, en el recinto donde se ubicó el templo de Amenhotep III.
Escena del transporte de la barca. |
En las paredes de su muro posterior, el
oriental, en el lado norte se conservan los grabados de las barcas
procesionales: la de los remeros y la de Amón con el carnero en su proa. Esta
última representación fue modificada. En un primer momento, junto al faraón
constructor Amenhotep
III se encontraba su hijo, quien posteriormente accedió al trono como Amenhotep IV, Akhenatón, que, más
tarde, fue suprimido de la escena.
Este grabado representa una de los dos acontecimientos
religiosos más importantes que se desarrollaban en Tebas: la fiesta del Opet y
la bella fiesta del Valle. En ellas, las divinidades eran transportadas en dos
barcas: la pequeña, guardada en el interior de los templos, era paseaba a
través de todo el recinto templario hasta el muelle de carga donde se embarcaba
en un navío mayor que no era siempre el mismo, sino que varió a lo largo de
toda la historia egipcia, construyéndose, cada vez que se sustituía, por uno de
mayores proporciones.
En el caso de la fiesta del Opet, la barca pequeña
de Amón se llamaba utjes-neferu (la que ensalza la belleza) y el gran navío
procesional era la famosa barca user-hat (la de poderosa proa). Las barcas de
las diferentes divinidades son fácilmente identificables por los distintivos
que portaban: la de Amón llevaba un carnero, animal simbólico del dios, la de
Mut, una mujer tocada con la doble corona y, la de Khonsu, un halcón coronado
con el creciente lunar.
Solamente en estos festejos los fieles podían
ver a sus divinidades, pues el resto del año, los templos egipcios no eran
accesibles a los “remetj”, la gente común.
La fiesta del Opet que se celebraba en el segundo
mes de la estación del akhet, comenzó
a festejarse, al parecer, con la llegada del reino Nuevo. En ella se verificaba
la unión del dios Amón con la madre del faraón. El viaje que realizaban las
estatuas por el Nilo llegaba hasta el harén divino, ubicado en el templo de
Luxor.
La bella fiesta del Valle, de contenido más
funerario, se celebraba la luna nueva del décimo mes (el segundo mes de la
estación de shemu). Los dioses de la
triada tebana visitaban los templos funerarios de la orilla occidental,
llegando hasta Deir el-Bahari.
Los bloques de relleno del III pilono trajeron
grandes sorpresas a los arqueólogos. Entre ellos aparecieron los restos de la
capilla blanca del festival heb-sed de Senuseret I (Sesostris) reubicada al norte de la sala
hipóstila, la capilla de alabastro de la barca de Amenhotep I, llamada Menmenu - actualmente
erigida al norte de la anterior -, una capilla de alabastro de Amenhotep II, la capilla
de la barca de Thutmose
IV, también de alabastro, y la capilla roja de la reina Hatshepsut, el %t-jb-Jmn, de la que hablaremos
brevemente más adelante.
Una vez cruzado el pilono III, nos hallamos
frente al verdadero edificio templario, cerrado en su lado occidental por el IV
pilono mandado construir por Thutmose I. Frente a él se erigieron 4 obeliscos, de los que
solamente queda en pie uno. Los obeliscos delanteros fueron alzados en época de
Thutmose III y
estarían prácticamente adosados a la cara posterior de la puerta del pilono
III. El piramidión del obelisco norte, que se ha conservado, muestra al rey,
arrodillado, recibiendo el signo de la vida, el ankh, de las manos de Amón.
Las dos agujas posteriores, prácticamente alineadas
con las precedentes, fueron dedicadas por Thutmose I como nos narra su arquitecto Ineni en
las paredes de su tumba, la número 81:
‘Supervisé
la erección de dos grandes obeliscos ante las puertas del templo en granito’
(Urk IV).
Permanece en pie el meridional, pero el derrumbe del situado más al
norte tuvo que ser reciente puesto que viajeros que exploraron la región al
comienzo del siglo XVIII lo vieron en pie. Es el caso de Pococke quien visitó
la zona en el año 1.737.
Estas agujas tienen un importante significado
religioso, de contenido solar, relacionado con la piedra benben, a la vez de constituir un elemento propagandístico de gran
importancia que ensalza el reinado de un faraón.
El obelisco que permanece alzado, levemente
inclinado, se eleva hasta 19,6 m. y pesa alrededor de 43 toneladas. Cada una de
las caras del poliedro lleva inscritas tres columnas de texto jeroglífico, de
las que solamente las centrales corresponden al reinado de Thutmose I, siendo las
laterales de Ramsés IV.
En la inscripción se lee la titulatura completa
del rey.
En su cara oeste:
El Horus ‘toro poderoso,
amado de Maat’, rey del alto y bajo Egipto Aajeperkara, imagen de Amón. Es como monumento suyo
que ha construido para su padre Amón-Ra, jefe de las Dos Tierras para quien se erigieron
dos grandes obeliscos a la entrada del templo con el piramidión de electro.
Su cara sur:
El Horus ‘toro poderoso de
Ra’, las dos señoras ‘quien tomó posesión de todas las tierras’, el Horus de
oro ‘quien golpeó a los nueve arcos’; el rey del alto y bajo Egipto Aajeperkara-merenra
(amado de Ra)’, para quien el señor de los dioses ha consagrado una capilla del
jubileo sobre el árbol ished, el hijo
de Ra, Thutmose, quien aparece como Ra, amado de Amón-Ra, el toro de su madre
¡que se le dé vida eternamente!.
Su cara este:
El Horus ‘toro poderoso, amado
de Maat’, rey del alto y bajo Egipto, las dos señoras ‘quien aparece con la
cobra real, el de gran fuerza’, Aajeperkara-setepenra (el escogido de Ra), el Horus de
oro ‘el de hermosos años que alimenta los corazones’, el hijo de Ra, de su
cuerpo, Thutmose,
el de bellas coronas. Es como monumento suyo que él ha construido para su padre
Amón, señor de los tronos de las Dos Tierras, quien preside Ipetsut (Karnak), a
fin de que haga que se le dé vida como a Ra eternamente.
Su cara norte:
El Horus amado de Ra que
aparece con la corona blanca, las dos señoras ‘Atum, a quien adoran las dos
coronas’, el rey del alto y bajo Egipto, señor de las Dos Tierras Aajeperkara, a quien
engendró Ra, el Horus de oro ‘el de gran fuerza, de brazo poderoso, el de
prósperos años en la gran mansión de Maat, el hijo de Ra, Thutmose, quien aparece
como Ra, el dios que gobierna Iunu (Heliópolis), amado de Amón-Ra, señor de los
tronos de las Dos Tierras ¡que se le dé vida como a Ra eternamente!.
Recurriendo de nuevo a Ineni:
‘Se erigió una espléndida
sala hipóstila con columnas papiriformes cerca de la que se alzaron pilonos de
bella piedra caliza de… También se hicieron levantar majestuosos mástiles a la
entrada del templo (para algunos autores en la doble puerta) de cedro auténtico de lo mejor del Líbano’.
Se ha especulado con la posibilidad de que la
entrada a través de este pilono, el cuarto, estuviese cerrada por dos puertas:
una primera de hoja doble que recibe el nombre de %xm-Sft-Jmn (Amón el de poderoso respeto), que se fecha
habitualmente en época de Thutmose IV, y una segunda de hoja sencilla descrita
por Ineni en el grabado de su tumba, llamada sxm-fAw-Jmn (Amón el de poderoso
resplandor), que siguiendo al arquitecto estaría construida por un gran hoja de
cobre de Asia, sobre la que figuraba, modelada en oro, la efigie del dios
itifálico Min o Amón-Min.
Una vez atravesada la puerta, penetramos en el wADt, la sala columna descrita por el arquitecto Ineni, en cuyo centro se alzaron los dos obeliscos de la reina Hatshepsut, de los que solamente permanece en pie el meridional. En él se inscribe la titulatura de la reina en las columnas jeroglíficas centrales. En la mitad superior de esta aguja de 28,58 m. de altura y 343 Tm de peso, se han grabado 8 escenas en las que aparece Amón, lo que lo hace fácilmente diferenciable del obelisco de su padre Thutmose I. En su base hay escritas 8 líneas de inscripciones jeroglíficas.
Los obeliscos de Hatshepsut
se ubican dentro de una estructura arquitectónica de época de Thutmose III que alcanzaba, en origen, 1/3 de la altura de la aguja, en la que se
han grabado escenas de Amón que fueron, en parte, martilleadas en época de Akhenatón:
las dos occidentales pertenecientes a Amenhotep II y las orientales mostrando grabados de Thutmose IV.
Al pie de estas construcciones, en dirección hacia el espacio de columnas, hay
un pedestal que posiblemente sustentase una columna de madera de cedro.
Esquema de los elementos arquitectónicos construidos entre el IV y V pilono. |
La sala de columnas comenzada,
como hemos visto, por Thutmose
I, continuada por Thutmose III y decorada por Amenhotep
II y Thutmose IV,
está rodeada por los pilonos IV y V, así como dos muros laterales que la convierten
en un recinto rectangular. En gran parte de su perímetro se han incrustado
estatuas osiríacas. Este monumental recinto queda dividido por el eje
este-oeste en dos departamentos asimétricos: el septentrional con 6 columnas
papiriformes de caliza de 31 codos de altura, de las que las dos situadas
más al norte se han asignado a Thutmose
I, y el meridional con 8 columnas en las que se
aprecian, en sus bases, tres hileras
solapadas de hojas.
Figuras osiríacas. |
En su esquina nororiental
hay una puerta que comunica con una habitación sustentada por dos columnas a
través de la que se accede a las dependencias del norte del santuario. De forma
semejante, a la derecha del pilono se abre otra puerta que comunica con las
dependencias accesorias situadas al sur del santuario.
Ahora, siguiendo
nuestro periplo turístico, atravesamos las ruinas del V pilono
(Amón, el de gran prestigio) erigido por Thutmose I
y restaurado por Seti
I, de tamaño muy
inferior al precedente, alcanzando el vestíbulo del pilono VI, levantado por Thutmose III, pero decorado en época ramésida.
El vestíbulo está delimitado por dos muros de
granito en los que se han grabado dos escenas: la más septentrional muestra al
rey con la corona roja del bajo Egipto, como corresponde a su situación
cartesiana, siendo conducido por Atum de Heliópolis, mientras que en el dibujo
del sur, es presentado por el dios del nomo tebano Montju a Amón, el señor de
los tronos de las Dos Tierras. Es curioso hacer notar que ambas escenas están
dirigidas hacia el sur del templo y no al eje este-oeste como es lo habitual en
la decoración templaria. En el muro del vestíbulo, el faraón, Thutmose
III, incluyó dos columnas protodóricas.
Estatua de Amenhotep II. |
Este recinto se
abre a la antecámara que comunica con dos salas simétricas: una situada al
norte y otra al sur. Si dirigimos nuestros pasos hacia la sala más al norte,
encontramos en su esquina noroccidental una estatua de Amenhotep II sentado, adscrita por algunos autores, como Tzara y Sved, a Thutmose III.
En el muro que
cierra este departamento, en su ángulo noroeste, se puede apreciar un grabado
en el que se muestra al rey, en este caso Ramsés III,
ofreciendo en su mano la diosa Maat a Amón. Si traemos aquí esta inscripción,
es por la presencia de la reina Ahmés-Nefertari, esposa de Ahmose, primer faraón de la dinastía XVIII, presentando un sistro y un crótalo,
instrumentos musicales.
A través de una preciosa
puerta se accede a las ruinas de las salas peristílicas simétricas de Thutmose
I, con columnas poligonales de 16 caras. Saliendo del recinto más meridional,
en dirección sudoeste, se llega a un pequeño aposento, en estado ruinoso, en el
que se producía el abrazo ceremonial del rey con el dios o el entronamiento del
monarca.
Cartuchos con los nombres de los pueblos conquistados. |
Ahora, dedicaremos
unos breves momentos al pilono VI, ‘la augusta puerta de Menkheperra, amado de
Amón, el poderoso en prestigio’, construido en piedra arenisca por Thutmose III. En su cara oeste, a ambos lados de la puerta de entrada, se encuentran
los grabados de los pueblos conquistados por el rey en sus numerosas
campañas, representados por hombres barbudos que llevan en su pecho, a modo de
escudo, un cartucho con el nombre de la región sometida.
Hay 5 líneas
horizontales con 19 ciudades en cada lado: los de la mitad norte corresponden
con los pueblos de Siria y Palestina, situados al norte del país de las Dos
Tierras, mientras que en la mitad sur, aparecen los enemigos de Nubia y Sudán,
tierras situadas al sur de la primera catarata.
Pilares heráldicos. |
Una vez atravesada
la puerta del pilono VI nos hallamos en un espacio dividido en tres
compartimentos por dos muretes de época de Thutmose III que delimitan una cámara central, la sala de los Anales, en origen
supuestamente techada con los arquitrabes reposando en los dos pilares
heráldicos (llamados así por llevar inscritas las plantas del alto y bajo
Egipto, el loto y el papiro, en sus caras norte y sur), y dos patios laterales
peristílicos que se comunican con pequeñas capillas que rodean el santuario
central.
La presencia de los pilares es intrigante pues no se conoce con certeza
su función que pudo ser de orden propagandístico. Fueron levantados en granito.
Las caras del bloque rectangular paralelas al pilono, las situadas en el eje
este-oeste, muestran cuatro escenas en las que el rey aparece abrazado por
varias divinidades: en el norte por Hathor, Mut y Amón, mientras que en el sur,
Amonet sustituye a Hathor.
Sobre los muros
norte y oeste de la estancia que encierra los controvertidos pilares, se han
inscrito los famosos anales de Thutmose
III que ocupan una superficie de unos 25 m. de largo por 12 m. de ancho,
dividida en varias secciones. Contiene, en total, unas 223 líneas jeroglíficas
de una importancia histórica incalculable. En ellos, se relatan las conquistas
realizadas por el rey en cerca de una veintena de campañas de victoria, como
les gusta llamarlas a los egipcios. En esta estancia se han grabado las
campañas desde el año 29 de reinado del faraón hasta el 42.
Como botón de
muestra hemos traducido algunos fragmentos de la primera expedición faraónica.
Tras la titulatura real se ha grabado el decreto que ordena la perpetuación de
los hechos históricos en el templo de Amón en Karnak.
‘Su
majestad ordenó hacer que se perpetuasen las victorias que le otorgó su padre
Amón en una inscripción en el templo que realizó su majestad para su padre Amón
con el fin de hacer que se perpetúen las campañas por su nombre y el botín que
trajo su majestad de ellas, así como las tasas de todos los países que le
otorgó su padre Ra’.
Es importante
observar que las victorias las lleva a cabo el faraón por obra y gracia de
Amón, de ahí proviene la deuda perpetua de los reyes de la dinastía XVIII y
posteriores con la divinidad.
El texto se fecha
en ‘el año 22 de reinado, el día 25 del cuarto mes de la
estación de peret’. Comienza
haciendo una breve alusión a los príncipes asiáticos que gobernaron el norte
del país desde Avaris.
El día 4 del primer
mes de la estación de shemu, Thutmose III llega a Gaza, de donde parte, después de un breve descanso, camino de
Yhem el sexto día, donde realiza un consejo con su ejército para estudiar la
situación y decidir como atacar Megiddo (Meketi). El rey decide, en contra del
consejo de sus asesores, llevar su ejército por el desfiladero de Aaruna.
Los consejeros
recriminan a su majestad:
‘¿Cómo
vamos a ir por ese camino tan angosto? ... ¿No es cierto que un caballo deba de
ir tras otro, e igualmente el ejército y los hombres? ¿Nuestra vanguardia
estará combatiendo mientras la retaguardia espera aquí en Aaruna sin poder
combatir?.’
Y el rey, en un
acto que lo ennoblece, da libertad a sus seguidores para tomar cualquier camino:
Permitid
que aquel de vosotros que lo desee vaya por el camino que habéis dicho y quien
lo desee venga acompañando a mi majestad’.
Después de pasar la
noche vigilante, el ejército de su majestad penetra en el desfiladero. Una vez
llegados a Qyna habían pasado 7 horas desde la
vuelta del Sol.
El
día 21, día de la fiesta de la luna nueva se produce la batalla. La desbandada de los enemigos fue de tal calibre
que, según nos narra el texto, abandonaron sus
caballos y sus carros de oro y plata. Se los arrastró izados por sus vestidos
hacia esta ciudad mientras las gentes de la ciudad se encerraban tras ellos.
Dejaron caer sus vestimentas al ser alzados a la parte superior de la ciudad.
Se cercó la ciudad
con una zanja y una muralla de circunvalación llamada ‘Menkheperra, quien cercó
a los asiáticos’. Los grandes, encerrados en la ciudad, vinieron postrados ante
su majestad para pedir el aliento de vida. La narración de la campaña finaliza
con la lista del botín obtenido.
Parte de los textos
jeroglíficos de estos anales se encuentran custodiados en el museo del Louvre
(C51).
En la esquina
noroeste del recinto, a la izquierda de la entrada al patio norte hay una estatua
de Amón-Ra de arenisca roja. Al otro lado de la puerta, en posición simétrica,
se levanta Amonet, que porta en su espalda los cartuchos de Horemheb
añadidos a los de Tutankhamón.
A ambos lados del
vestíbulo de Thutmose
III pueden visitarse
los restos de dos patios con columnas de fuste fasciculado, que anteceden a un
grupo de pequeñas capillas que bordean las construcciones de la reina Hatshepsut,
en las que se alternan los cartuchos de Thutmose III y Amenhotep
I. En la 5ª capilla del lado norte se encontró un
texto del año 17 de la reina Hatshepsut (Urk 376).
En el patio norte
se encontró una estela donde se ve al rey, acompañado de Uaset, ofreciendo incienso
y agua a Amón, es la llamada estela poética
de la que entresacamos este pequeño fragmento:
Ofrecimiento de los dos obeliscos. |
“He
venido para hacer que pisotees a Djahy. A través de sus países los extiendo
bajo tus pies y hago que vean a tu majestad como el señor de los rayos porque brillas
en sus caras como mi imagen”.
En el pasadizo que
rodea el santuario de granito de Philip
Arrhidaeus, en el lado norte,
bloqueado por un muro en su tercio anterior, se localiza el comienzo de los anales
de Thutmose
III ya descritos y un
precioso grabado en el que el monarca ofrece dos obeliscos y una amplia lista
de tesoros a Amón.
Próximo al murete de separación, hacia el este, encontramos la puerta ‘Menkheperra wr-bAw-Jmn’ (Grande es el poder de Amón), única de las que se mantienen en pie de las nombradas en el texto de juventud del rey. Ésta comunica con el recinto norte de la zona construida por la reina Hatshepsut. A la izquierda según entramos hay tres pequeñas capillas. Enfrente de ellas dos cámaras de mayor tamaño: la situada más al norte pertenece a Thutmose III, mientras que la meridional muestra relieves de la reina Hatshepsut. En ella encontramos dos grabados de interés para los egiptólogos: el primero, un bajorrelieve en el que vemos a la reina, martilleada, portando la corona roja del bajo Egipto realizando la carrera ritual (llama la atención que no se encuentra destruido el nombre de Amón en este recinto) y, el segundo, el bajorrelieve de la purificación de la reina. En él, Horus y Djehuty (Thot) lanzan el signo de la vida formando un arco que rodea la figura de la reina cincelada.
Este santuario debió de ser reemplazado por la capilla de la barca de Thutmose III sobre la que Philip Arrhidaeus edificó su monumento, que puede ser admirado hoy en día.
En la esquina suroriental del pasadizo se abre una puerta que comunica con las dependencias meridionales de Hatshepsut en las que permanece en pie una estatua doble de Amenhotep II y otra, también doble, de Thutmose III y Amón. En esta zona del templo hay algunos textos de cierta importancia que no estudiaremos en detalle, como el de las almas de Nekhen y el de los tesoros de Amón.
Ahora comenzaremos la visita al akh-menu construido por Thutmose III en el antiguo emplazamiento del santuario de Nun edificado en ladrillo.
Accederemos al recinto a través del pasillo que bordea por el sur el recinto de Hatshepsut, en cuyas paredes encontraremos un registro autobiográfico que ha recibido el nombre de texto de juventud de Thutmose III, constituido por 49 columnas de escritura jeroglífica. El texto destruido en sus inicios comienza
‘Soy
su hijo, quien ordenó que estuviera sobre su trono, mientras aún se encontraba
en el nido… Era como el pilar de su madre, como un joven Horus en Khemmis’.
Continúa con un texto místico en el que se le abren al joven las puertas del cielo y los portales del horizonte de Ra, sentándose en el consejo de magistrados de los dioses. Luego se establece su titulatura con los cinco nombres reales y se reconoce su autoridad.
Sigue el texto con un documento que nos habla de la construcción de este monumento, el templo de Karnak, con la edificación de nuevas capillas, un santuario, tres puertas, de las que hemos hablado anteriormente, el pilono VI y varias estatuas, finalizando con varias listas de ofrendas.
Más al oeste, en este mismo corredor, se ha inscrito el famoso calendario de fiestas de Thutmose III, en el que se describen 54 acontecimientos festivos. Delante de estos grabados se ubican las capillas meridionales.
Columnas del hall del festival. |
Estatua dañada de Thutmose III. |
Próximo a las escaleras, hacia el sur hay una entrada que nos lleva a una pequeña cámara sostenida por dos columnas que se abre en dos capillas ubicadas al norte.
Jardín botánico. |
Jardín botánico. |
Entre las aves, que son los animales más representados, se han podido determinar la grulla de color ceniza, el águila fragata, varias especies de avefría, el Plotus levaillantii, Colomba livia, Perdix graeca, Centropus aeguptus, Herodias alba, etc...
Partiendo del centro de la cámara con columnas del jardín botánico se accede a un habitáculo con 8 nichos laterales que finaliza en una pequeña capillita.
De la antesala del santuario axial, a la derecha, se abre una puerta que llega al recinto de Alejandro, constituido por una cámara y un vestíbulo, en el que los relieves de Thutmose III han sido reemplazados por los de Alejandro.
Por una puerta situada en el cuarto meridional del gran hall, se accede a otra cámara sustentada por 8 columnas poligonales que se estrechan según se asciende al capitel. Este recinto rectangular de 13,6 m. de largo por 9,38 m. de ancho da acceso, a su vez, a tres capillas con dos pilares y a tres salas laterales. Todas ellas constituyen el complejo de Sokar, divinidad del área de la necrópolis menfita, y por lo tanto, guardián del mundo subterráneo.
Ahora, visitaremos con ligereza, las nueve capillas situadas al sur, de las que las dos últimas están sostenidas por dos pilares cuadrados. En ellas podemos apreciar algunos grabados significativos: en la 5ª capilla se observa al rey en la fiesta del jubileo. Escenas del mismo tipo aparecen en las paredes septentrionales del pasillo que conduce a esta serie de compartimentos.
Finalizaremos la visita del templo de Thutmose III paseando por las dependencias del lado norte. Visitaremos alguna de sus cámaras desde el este al oeste. En la catalogada como XLI por Porter & Moss se ve el relieve de la pesca. Más adelante, en la XLIB aparece la fiesta del hipopótamo blanco, en contraposición con el rojo, animal de Seth. Y en la cámara XLII se han esculpido los grabados de la fundación (‘Mi majestad ordena que se prepare la ceremonia de fundación en la cercanía del día de la luna nueva’).
Para acabar la descripción de los monumentos del eje este-oeste, nos acercamos al templo oriental de Thutmose III, adosado a la parte posterior del akh-menu, dedicado a Amón-Ra y enmarcado por las bases de dos obeliscos de Hatshepsut que han quedado encerradas dentro de las capillas de Nakhtnebef. Su entrada está flanqueada por pilares con la forma de Osiris unidos por intercolumnios.
Conjunto escultórico de Thutmose III. |
Obelisco de San Juan de Letrán. |
Escarabajo sagrado. |
Entre el pilono III y el IV se encuentra la entrada al patio que antecede al pilono VII. Esta explanada es famosa por haberse descubierto en ella la famosa ‘cachette’, el escondrijo, donde se enterraron 751 estatuas y varios miles de bronces votivos. Otros restos de importancia arqueológica localizados durante los trabajos de limpieza fueron: restos de cuatro pilares de una sala peristílica de Senuseret I y ruinas de varias capillas de Amenhotep I.
Estatuas delante del pilono VII. |
Delante del pilono VII, edificado por Thutmose III, se alzan dos grupos escultóricos: al este dos colosos de Thutmose III, usurpados por Ramsés IV, y al oeste, otros dos colosos de Thutmose III y tres estatuas reales, dos sentadas representando a faraones de la dinastía XIII y la de Amenhotep II, en actitud erecta.
Obelisco de Estambul. |
Una vez en el segundo patio, en la esquina noreste, se construyó el santuario de alabastro de Thutmose III, una estación para la barca ritual, que, en origen, fue un quiosco edificado para el primer jubileo.
El pilono VIII fue construido por Hatshepsut, aunque algunos autores quieren ver la mano de Thutmose II y Thutmose III. En el ala norte, mitad oriental, hay un texto jeroglífico, de 21 líneas, en el que Thutmose I presenta a la triada tebana; en la mitad occidental las representaciones corresponden a Thutmose III. Una vez atravesada la puerta de esta construcción, frente a la fachada sur, en la que se han grabado las actuaciones guerreras de Amenhotep II, en el lado oeste, se han erigido varios colosos: dos de caliza y uno de cuarcita, que se corresponden con Thutmose II, Amenhotep I, con los pechos muy salientes, y Thutmose III (desde la puerta al exterior). Es posible que en el lado opuesto existiese una disposición similar, pero solamente nos ha llegado una escultura, en piedra caliza, de Thutmose II.
Ahora llegamos al pilono IX, 66 m. de longitud por 11,5 m. de anchura, mandado construir por Horemheb, de quien son los grabados de sus caras, aunque es posible que fuese levantado sobre una construcción de Amenhotep III. Su curiosidad principal estriba en que esta enfilado con la avenida de esfinges que conduce al templo de Mut.
En el patio entre los dos últimos pilonos del templo, en el lado oriental, Amenhotep II construyó su templo del festival sed, que fue demolido en época del faraón hereje y restaurado por Seti I. Se penetra en él por un pronaos alargado, sostenido por dos grupos de 6 pilares cuadrados, que nos introduce al santuario, una habitación cuadrada cuyo techo fue soportado por una veintena de pilares decorados con escenas del rey. A ambos lados de la naos, se edificaron dos pequeños santuarios, cuya cámara principal estaba sostenida por 4 pilares.
Pilono X. |
Sobre su fachada norte aparece la clásica escena de la masacre ritual. Delante de su lado oeste se descubrió una estela que lleva un texto legal, el decreto de Horemheb, que presentaba la esquina superior izquierda destruida, lo que complica mucho su comprensión. Como botón de muestra leeremos el comienzo del artículo 2º:
‘Si un particular carece de
embarcación, entonces se procurará un barco de otro para servirse, pero se
colocará en condiciones de traer para él la madera, y cumplirá sus obligaciones…’.
Atravesando la puerta de salida del templo por el lado sur, encontramos vigilantes los restos de dos esculturas de Amenhotep III que dan por finalizado nuestro viaje.
Espero que, aunque haya sido de forma somera y rápida, hayáis obtenido una visión global de los principales monumentos construidos por la dinastía XVIII en la orilla oriental del Nilo.
excelente explicación...muchismias gracias
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